29 de septiembre de 2016

Piki piki piki piki piki

Él se abrazó al volante en el colmo de la desesperación y sin alzar la voz lo más mínimo me dijo estar muy harto de volver una y otra vez a hablar de lo mismo. Yo apenas había dicho palabra, no le comprendía. Añadió que le había gustado mucho la noche pero que yo acababa de quitarle las ganas de volver la noche siguiente al hablar de lo mismo. Dijo también que a veces se pregunta si esto va hacia delante o se va a tomar por culo y lo dijo todo como quien no lo entiende.

Yo me quedé escuchando completamente inmóvil mientras fregaba escaleras con el pensamiento. Tan sólo le había dicho la pura verdad, lo mismo de siempre: me tiene en el abandono.

Seguimos hablando y entendí que esto es lo que hay morena y no me da la gana, pero luego comenzó a masajear suavemente mi espalda y se me olvidó la conversación. Huele que alimenta, me dejó a la puerta de mi casa.

La noche siguiente vino a verme y vino y se fue y luego vino otra vez para soltarme después con una y hacerme hablar con todas ellas, novias de antiguos enemigos que no me interesan lo más mínimo. Me bebí todo el vino y no probé el pan, me llevó a mear y también me llamó por mi nombre a voces y luego vino a despedirse pero se iba sin darme un beso, tuve que correr detrás.

1 comentario:

  1. Ese plan me es muy familiar ultimamente. Demasiado como para gustarme la entrada.

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y razone su respuesta.